Evaluación de riesgo

El riesgo R se evalúa mediante la medición de los dos parámetros que lo determinan, la magnitud de la pérdida o daño posible L, y la probabilidad p que dicha pérdida o daño llegue a ocurrir.

Según la ISO 31000, el Risk Assessment hace referencia en realidad es a la Apreciación del Riesgo.

La gestión de riesgo también sería más simple si fuera posible contar con una única métrica que refleje en la medición toda la información disponible.

Sin embargo esto no es posible, ya que se trata de medir dos cantidades.

En teoría los dos riesgos indicados poseen una idéntica prioridad para su tratamiento, pero en la práctica es bastante difícil gestionarlos cuando se hace frente a limitaciones en los recursos disponibles, especialmente tiempo para llevar a cabo el proceso de gestión de riesgo.

Cuando la evaluación de riesgos se utiliza para decisiones relacionadas con la salud pública o el medio ambiente, existen diferentes opiniones sobre si la pérdida debe ser cuantificada en dinero o alguna medida numérica asociada a la calidad de vida.

[1]​ Especial consideración merecen en este tema los códigos de prácticas aplicables en cada jurisdicción.

[2]​ Existe una numerosa literatura que identifica metodologías apropiadas para evaluación de riesgos.

Lo que en realidad se persigue es poder identificar las probables contribuciones al riesgo de un proyecto que tienen mayor impacto sobre el éxito o no del proyecto y mayor probabilidad de ocurrencia.

[7]​ Es conveniente para mayor claridad agrupar los riesgos en grupos de acuerdo por ejemplo a cual sea su origen o la entidad primariamente responsable por ellos.

Por ejemplo si uno de los riesgos identificados es que parte de las instalaciones se pueden inundar frente a una crecida de un río ubicado en proximidades del proyecto, es posible modificar el diseño (por ejemplo construyendo el proyecto en otro sitio más elevado), para que la inundación se convierta en un suceso imposible.

Con la puesta en marcha de los planes preconcebidos reduciremos a un `porcentaje bastante considerable los efectos causados por los eventos adversos.