San Eustracio fue un taumaturgo griego del siglo IX, abad de Abgaro, en el Monte Olimpo.
Sus padres eran bondadosos y pudientes, quienes se encargaron de criarlo según los ideales del cristianismo.
Durante toda su vida, San Eustracio nunca durmió acostado, sino más bien de pie o sentado.
Durante este tiempo, el emperador León V el Armenio gobernó y restauró la herejía de la Iconoclasmo.
Haciéndose la señal de la cruz, dijo: "En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu" y murió en paz a los 95 años.