Eurosistema

[1]​ El Eurosistema nació como consecuencia del hecho de que no todos los Estados miembros de la Unión Europea adoptaron el euro y, por tanto, la institución que en un principio debería haberse encargado de la política monetaria, el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC), ha permanecido sin autoridad, dado que este lo forman todos los bancos centrales, se hayan o no integrado en el euro.

La característica principal de una unión monetaria es la de compartir la misma moneda y, por tanto, que la política monetaria sea única para todas las regiones en las que circula la moneda, con una única autoridad para decidir sobre la liquidez del sistema.

Por esta razón, el funcionamiento del Eurosistema se basa sobre la premisa que la política monetaria la decide única y exclusivamente el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, mientras que los diversos Bancos Centrales de los Estados miembros ejecutan la política monetaria dictada por el BCE, es decir, se encargan de suministrar o retirar liquidez del sistema.

Por otra parte, la institución también intenta preservar la estabilidad y la integración financiera en Europa, pero en ningún caso cualquier objetivo puede suplantar al de mantener la estabilidad de precios.

Los instrumentos de los que se dispone para dictar y aplicar la política monetaria son tres:

Fotografía del Banco Central Europeo,