Mientraba examinaba y supervisaba a las parteras de la ciudad, se encontró con una práctica de ser descuidadas y deficiente en asepcia, lo que llevaba a alta mortalidad infantil.
«Y a las no parteras que le he pedido / ¿Podría decirme algo de su tarea?
[3] Para mediados del siglo XVI, había sido traducido a todos los principales idiomas europeos y pasó por muchas ediciones.
Rösslin regresó a su trabajo en Frankfurt en 1517, permaneciendo en tal cargo hasta su deceso en 1526.
Su hijo, Eucharius Rösslin el joven, sucedió a su padre como médico de la ciudad.