La etidocaína, introducida en 1972, es un anestésico local perteneciente a la familia de las aminoamidas.
Junto con la bupivacaína y la ropivacaína, éste fármaco es de los anestésicos que tienen una mayor duración.
[1] Las moléculas anestésicas locales consisten en una amina terciaria hidrófila y un sistema aromático lipófilo combinado por un enlace tipo amida.
[2] La etidocaína se empleó en niños, pero tras informarse que la prilocaína causaba metahemoglobinemia, y que dada esa situación y a que la etidocaína tiene un mayor grado de bloqueo motor en comparación con otros anestésicos locales de acción prolongada, el fármaco se ha limitado a los bloqueos del plexo en bebés y niños.
Este efecto sobre el músculo esquelético es reversible; la regeneración muscular se produce rápidamente y se completa a las 2 semanas posteriores a la inyección de los anestésicos locales.