En este estudio están muy presentes rápidas escalas descendentes, bravura y octavas en la parte final.Todo se hace más caótico y finalmente pasa a ser difíciles octavas arpegiadas.El Estudio trascendental n.º 7 llega a su fin con una última reposición del tema principal.En comparación con los demás Estudios trascendentales, no es de gran dificultad, aunque sigue siendo inasequible para muchos pianistas no profesionales.Muchos compositores y pianistas, como por ejemplo Leslie Howard o Ferruccio Busoni, consideran que la versión de 1837, anterior a la composición final de 1851, es mejor que esta última.