Esther Chávez Cano

En 1993, participó en la formación del Grupo 8 de marzo, movimiento que buscaba defender los derechos de las mujeres en la frontera con Estados Unidos[1]​ y que registró por primera vez los asesinatos de mujeres y niñas en este estado.[5]​ Su método fue recopilar información periodística sobre cada una de las víctimas: cómo fue asesinada, dónde y por quién fue encontrada, qué acciones tomaban las autoridades, quiénes eran sus familiares.Denunció en diferentes países la violencia que se vive en Ciudad Juárez.[2]​ Trabajó de la mano con otras activistas, como Lydia Cacho, quien dice que “fue Esther quien intuyó que las cloacas simbólicas no eran subterráneos callejeros sino instituciones del Estado mexicano y colectivos de hombres capaces de asesinar por placer y por poder”.[1]​ En 1999 abrió Casa Amiga, primero como un centro de atención a mujeres víctimas de delitos sexuales.