La ceroplástica se convirtió en un arte en el Renacimiento italiano tomando como origen los modelos en cera que hacían los grandes artistas y orfebres italianos de los siglos XIV y XV de aquellas obras que pensaban ejecutar.
Luca della Robbia aprendió a modelar en cera, al igual que Ghiberti, durante su ausencia de Florencia en 1400.
Se distinguieron también en el modelado de la cera Michelozzo, Sansovino, que hizo en esa materia una copia del Laoconte alabada por Rafael, y el Tribolo.
Desde luego, la cera tuvo una aplicación constante para toda obra escultórica que se destinaba a ser fundida en bronce.
A principios del siglo XVI ya estaban de moda en Italia los medallones.
Fuera de Francia también se hicieron en los siglos XVII y XVIII notables medallones.