Estanislao Urquijo y Landaluce

Fue en la capital donde se labró una reputación en el mundo de la banca y la bolsa vinculado tanto a casas locales como a los intereses de inversores extranjeros como los Rothschild, llegando al consejo del Banco de España.

En 1871 el rey Amadeo I le otorgó el Marquesado de Urquijo.

Destacado tanto en su provincia natal como en la capital, ocupó diversos cargos honoríficos y llegó a ser diputado general de Álava, entre 1871 y 1873, durante la tercera guerra carlista,[4]​ defendiendo el régimen foral vasco.

Mantuvo una estrecha amistad con el gobernador vascófilo Miguel Rodríguez Ferrer, autor del libro Los Vascongados, donde figura la dedicatoria a su amigo el marqués de Urquijo.

Estanislao Urquijo tiene en su nombre una calle en Madrid, la calle del Marqués de Urquijo, que desemboca en el paseo del Pintor Rosales.