Contará con un importante intercambiador de pasajeros, lo que la convertirá en una estación fundamental para el transporte regional y local.
En el año 2000 se presenta el proyecto del Metrotrén, que incluía demoler los servicios ferroviarios de la ciudad para soterrarlos y expandirlos hasta Bernueces primeramente y hasta el Hospital de Cabueñes finalmente.
Esto permitía construir estaciones por gran parte del casco urbano.
Dicha estación sería demolida y se construiría una terminal subterránea en ese mismo lugar.
Entre la estación en sí y la superficie se habilitarían 4 plantas subterráneas destinadas a aparcamiento.
El Ayuntamiento de Gijón pidió que la planta más cercana a la superficie contara con 12 dársenas para autobuses.
Costará unos 30 millones de euros y como mínimo tardará 37 meses en construirse.