La tendencia de la espiral es enmudecer a quienes prestan o tienen posiciones diferentes a las mayorías, pero para en seco cuando se encuentra con el “núcleo duro”, aquellos individuos que, aunque pocos, se reafirma en sus posiciones y opiniones y no cesan en el empeño de que su voz sea escuchada.
La perspectiva del “núcleo duro” gana adeptos puesto que las opiniones mayoritarias, acomodadas en el número, no encuentran tesis para defender sus opiniones que, al ser poco contestadas, se han dejado llevar por la masa.
La Espiral del silencio se formula en una época en la que la televisión es ya un relevante medio de comunicación masivo.
La teoría del silencio definía el mecanismo que permite captar los cambios en la opinión pública.
Sus supuestos, brevemente resumidos, eran los siguientes: las personas temen permanecer aisladas del entorno social y, por este motivo, prestan una atención continua a las opiniones y comportamiento, supuestos por la mayoría, que se producen a su alrededor.
En primer lugar las personas son más valientes para apoyar públicamente una opinión si esta aparece como dominante en los medios de comunicación.
He propuesto el término espiral del silencio para describir este mecanismo psicológico”.
Entonces es posible hacer previsiones tales como: Combinando estas ponderaciones, podemos concluir que una minoría convencida de su predominio futuro y, por consiguiente, dispuesta a expresarse, verá hacerse dominante su opinión, si se confronta con una mayoría que duda de que sus puntos de vista sigan prevaleciendo en el futuro y, por lo tanto, menos dispuesto a defenderlos en público.
La Espiral del silencio fue propuesta en una época en la que la televisión ya se encontraba posicionada como un medio de comunicación masivo.
Es por ello por lo que Noelle-Neumann consideró la televisión como un factor decisivo para la consolidación de opiniones públicas.
[6] La autora expuso dos casos en los que la opinión pública fue determinante para el resultado: en 1965 la Democracia Cristiana ganó las elecciones en el último momento gracias al surgimiento de un nuevo clima de opinión favorable a este partido; en 1972, en cambio, se invirtió la tendencia y ganaron los socialdemócratas gracias al clima de opinión favorable creado por la población alemana.
Pero fue hasta 1984, cuando la televisión tuvo lugar en las masas públicas y la teoría del silencio se fortaleció.
[6] Existe un gran debate acerca de si los medios anticipan la opinión pública o solo la reflejan.
Según la espiral del silencio, conviene ver a los medios como creadores de la opinión pública.
La impotencia ante los medios puede darse de dos formas: La gente hace cosas para captar su atención y no lo consiguen.
Los que rompen normas sociales anhelan con frecuencia recibir las mínimas muestras de simpatía pública.
La pieza habla sobre una pequeña ciudad en Europa donde habitaban un conde y una condesa junto con la gente del pueblo.
Un día, un hombre apareció en el pueblo con un unicornio, tiempo después el conde y la condesa imitaron al hombre y a su vez las personas del pueblo empezaron a tener unicornios.
[6] Existen cinco hipótesis sobre el surgimiento de la opinión pública y fueron desarrolladas por la politóloga alemana Noelle-Neumann.
Generalmente, para este punto el individuo ya tiene muy claro cómo está distribuida la tendencia de opiniones.
Existe un fenómeno estadístico que dice que la percepción de distribución presente no difiere tanto de la futura, es decir, si una opinión es considerada como la prevaleciente, es más común ser considerada como la prevaleciente en el futuro también y viceversa, pero en diversos grados.
En este caso el problema del aislamiento se ha definido como retraimiento social, es decir, que una persona tenga pocas reincidencias de interacción entre sus iguales.
Aunque los psicólogos opinan que esta teoría limita al ser humano, conforme pasa el tiempo el humano va cambiado y de esta forma los límites que antes eran más claros y marcados, poco a poco se han ido perdiendo.