La técnica consiste en insertar las sardinas atravesando su lomo y cuidando que todas estén colocadas en la caña por igual, por encima o por debajo de esta.
[2] Tradicionalmente, se colocaba un pequeño montículo de arena para clavar las cañas y al otro lado la madera ya hecha brasa.
Al convertirse en una actividad en donde un espetero profesional cocina para un restaurante, para evitar estar agachado en la arena durante horas, los espeteros acudieron al ingenio de colocar arena dentro de una barca y elevar esta sobre caballetes.
La ventaja de estos modernos contenedores es que pueden orientarse fácilmente con respecto a la brisa.
Una vez obtenidas las dos medias cañas, se afila la punta para que pueda insertarse el pescado.