El espanto se caracteriza por los siguientes síntomas, los cuales no necesariamente se presentarían todos juntos: Existirían diferentes tipos de espanto, y la clasificación obedece a la diferentes causa que podrían originarlos.
En algunos lugares se opta sahumar a la persona con copal, incienso o alguna otra planta.
También se cura el espanto rociando a la persona con una mezcla preparada con mezcal (bebida embriagante) y hierba mechuda.
Ahí, el chupador succionará ―con un carrizo o directamente con la boca― las sienes, las muñecas, los codos, las rodillas y los tobillos del enfermo.
Ese vaso deberá ser desechado al desagüe para que se vaya el mal y entre el bien.