Allí estudió pintura con Mariano Fortuny, pero se decantó por la música y recorrió todo el mundo como concertista con gran éxito.
Debutó en el Teatro Imperial de Viena en 1873 con once años y fue muy alabada tanto por Isabel II como por Víctor Hugo.
[2] La primera —aunque algunas fuentes afirman que fue el propio rey Alfonso XII—[1] la bautizó Cervantes[2] (por el escritor español) mientras el segundo le puso Esmeralda[2] (por la heroína de su obra más representada, El jorobado de Notre Dame).
[8] En 1895 se casó con el ingeniero alemán Oscar Grossman, fabricante de porcelanas en Brasil.
Allí editó La Estrella Polar (1878), un periódico literario del que solo se publicó el primer número.
Durante estos años, llevó a cabo varias colaboraciones para diferentes publicaciones.
En esta ciudad aprovechó para estudiar las costumbres, la educación, la literatura y las artes turcas.
[11] Por lo tanto, su legado[4] incluye: Varias revistas: L’Étoile Polaire/La Estrella Polar o El Ángel del Hogar.