Sigilografía

1745): «ars sphragistica»,[4]​ término menos amplio que el anterior y aplicable, fundamentalmente, al aspecto técnico-artístico e histórico de los mismos, mientras que la Sigilografía, sin olvidar la técnica artística y materialidad del sello, se fija más en la importancia intrínseca, es decir, en el elevado valor crítico (histórico, jurídico, diplomático) del sello en cuanto parte o elemento integrante y, a la vez, garantía de la documentación.A las escuelas austríaco-alemanas de los siglos XVIII y XIX se debe, principalmente, la denominación de «esfragística», entendiendo por tal el arte o técnica del sello, ya que hasta entonces éste había sido estudiado preferentemente en su aspecto técnico y factura material, en alguna de estas facetas: histórico-artística, costumbrista, genealógica, heráldica o cultural.La conexión entre sigilografía y diplomática se retrotrae a los orígenes de ambas disciplinas.Desde la perspectiva diplomática, el sello puede ser un factor externo del documento, un factor interno como elemento validatorio y también una prueba para determinar la tradición documental del acto jurídico (pudiendo detectarse falsos documentales por uso fraudulento de un sello o mediante su falsificación).A mediados del siglo XIX d. C., historiadores como Hermann Grotefend, Otto Posse, Louis-Claude Douet d'Arcq y Germain Demay fueron los propulsores de la nueva sigilografía, donde el sello se convierte en una fuente histórica.
Un sello de lacre , uno de los objetos de estudio de la sigilografía.
Sello de Alfonso X de Castilla
Anverso y reverso del sello Teobaldo I de Navarra y IV de Champaña