Escuela literaria montañesa

[1]​ Muchos críticos consideran como su iniciador a Amós de Escalante y Prieto.

[3]​ Los escritores adscritos a esta escuela se orientaron hacia el costumbrismo, idealizando el pasado de Cantabria y en algunos casos, inventándolo.

Sin embargo, también pretendió plasmas la modernización política, social y tecnológica que vivía la burguesía de Santander, así como rechazaba implícitamente la condicionalidad sobrestimada del paisaje en los cántabros y el academicismo literario.

[1]​ Además de los autores mencionados, hubo otros críticos que creyeron en la existencia de una verdadera escuela montañesa, como José María Quintanilla en su Carta larga dirigida a un crítico extranjero, fechada en 01890 1890.

El alcance de sus experiencias literarias se plasmó en pintores tales como Mariano Pedrero, Fernando Pérez del Camino, Pío Ardanaz, Donato Avendaño, lo que le llevó a defender la existencia de una escuela pictórica montañesa, afirmación que fue discutida por otros críticos coetáneos.