Estudió en el Instituto Cántabro, como hicieron Pereda y Menéndez Pelayo.
Se licenció en Ciencias Físicas y Naturales en la Universidad Central de Madrid.
En 1880 se casa con María de la Colina y de la Mora, y se traslada a la capital cántabra, que ya no abandonará hasta su muerte.
Sus aficiones arqueológicas y eruditas y el apego a las tradiciones de su tierra, así como su preferencia por la estética del romanticismo, le llevaron a cultivar con éxito el género de la novela histórica.
En su casa natal tiene una placa que recuerda dónde nació el literato.