Bolonia, ciudad italiana universitaria por excelencia, contaba unos diez mil estudiantes de Artes liberales y Derecho romano, cuando aparecieron en ella los Frailes Menores con Bernardo de Quintavalle, hacia 1211.
El Provincial, Pedro o Juan de Stachia, igualmente jurista, se apresuró a aceptarla.
Supo que sus hijos poseían allí una casa, y no pudiendo ocultar su descontento, les ordenó salir al momento a todos sin excepción.
Su paso produjo impresión tan grande en el ambiente universitario, que numerosos estudiantes solicitaron ser admitidos en su Orden.
Los Frailes Menores, en Italia, y lo mismo debe decirse de los Dominicos, para conservar dentro y fuera el buen nombre de sus estudios, se vieron precisados a enviar a alguna facultad de Teología los religiosos destinados a la enseñanza.