[cita requerida] Delante del templo de Pietas, estaba la columna lactaria, donde eran depositados, expuestos, es decir «ius exponendi», los bebés abandonados, es decir, los que el pater familias se negaba a reconocer, para que alguien los adoptara.Los esclavos vivían una dualidad en su existencia, por un lado eran considerados personas, es decir, se les reconoce como humanos, pero por otro lado se les clasificaba como res, es decir, un bien parte del patrimonio del pater familias, por lo que podía ser valuado en dinero y ponerse a la venta.A veces los esclavos estaban expuestos en soportes rotativos, para ser mejor observados y junto a cada esclavo iba colgado para la venta un tipo de placa que describe su origen, la salud, carácter, inteligencia, educación, y otra información pertinente para los compradores.Los precios variaban con la edad y la calidad, así los niños esclavos eran más baratos que los adultos, y entre estos últimos los más valiosos alcanzaban precios equivalentes a miles de dólares de hoy día.Podían lograr la libertad o manumisión de diferentes formas: Muchos manumitidos permanecían en sus casas haciendo las mismas labores, aunque con mayor dignidad.Sin embargo, mediante la potestas, podía adquirir, para su amo, toda clase de propiedades e incluso solicitar un crédito, aunque no estaba facultado para obligarlo a asumir deudas en su nombre.A los esclavos se les podía poner un collar con una placa en la que se leería, por ejemplo: Tene me ne fugia et revoca me dominum meum Viventium in Ara Callisti, que se traduciría como "Retenme para que no escape, y devuélveme a mi dueño, Vivencio, en la zona del Altar de Calixto".En el siglo III se redujeron las masas de esclavos y estos empezaron a valorarse casi como personas libres.Los libertos fueron a partir del siglo VI según el emperador Justiniano I ciudadanos sin distinción alguna, procedentes de la esclavitud.La economía romana, como su sociedad, dependían del trabajo de esclavos, que eran fundamentales en los latifundios, minas e industrias.
Collar de esclavo de hierro (siglos
iv-vi
). La inscripción de la placa de bronce solicita que se le detenga si se le encuentra fugitivo y su dueño, Zunino, recompensará con un
sólido
de oro:
Fugi, tene me; cum revocaveris me D(omino) M(eo) Zonino accipis solidum
.
Museo Nacional Romano