Fue la primera película importante que trata sobre el VIH/sida, se estrenó cuando la serofobia era inmensa debido al desconocimiento sobre el virus de la inmunodeficiencia humana y un diagnóstico seropositivo suponía una sentencia de muerte porque no existían los antirretrovirales.
En la casa de sus padres, Michael decidirá si logra salir del armario y les informará que es seropositivo.
Antes de elegir a Erman se pensó en Paul Newman como director, pero los productores estimaron que rechazaría la oferta.
Los guionistas insistieron en que la película debía ser médicamente verdadera, se contrató a un infectólogo como consultor y la usaron para impartir información médica básica pero importante, al explicar que el VIH no se transmite por contacto casual.
[2] Tom Shales de The Washington Post calificó al filme como «la película para televisión más importante del año».