Los escarabajos peloteros (o acatangas, en la región andina) son aquellos coleópteros que alimentan a sus larvas con estiércol (excrementos).A ese fin, los escarabajos peloteros desgajan porciones del estiércol y, con sus patas delanteras en forma de paleta dentada, las apelotonan dándoles forma esferoide antes de transportarlas a cierta distancia, hasta el sitio donde han excavado una galería subterránea para enterrarlas.En algunas especies, la hembra permanece puliendo las peras hasta casi la emersión de las larvas, eliminando así los mohos que podrían frustrar el proceso.En tanto, terminada la etapa en la galería subterránea, cada larva saldrá de su pera a excavar y alimentarse de raíces para, finalmente, terminar su metamorfosis completa, emergiendo a la superficie como adulto para repetir el ciclo reproductivo.[2] Son ejemplo de este comportamiento los géneros Scarabaeus, Canthon, Gymnopleurus y Sisyphus, entre otros.
Fotografía de una pintura rupestre que protagoniza el escarabajo pelotero llevando el Sol.