Los autores de la investigación periodística afirmaron que el objetivo era conspirar y «arreglar», en un encuentro secreto, causas para favorecer al expresidente Macri y otros mientras se conspiraba contra Cristina Fernández de Kirchner, entre otros asuntos criminales.
[5] Si bien D'Alessandro negó la veracidad de los chats,[6] el diario Clarín no lo hizo y prefirió centrarse en el modo en el que fueron obtenidos.
[7] Según los periodistas, los jueces, fiscales y funcionarios buscaron encubrir el viaje con facturas apócrifas, mientras proponían la ejecución de otros delitos como los «aprietes» (coerción) a personas que los pudieran incriminar desde sus dichos probatorios.
[12] El ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, involucrado en el escándalo, recibió el respaldo del jefe de gobierno Horacio Rodriguez Larreta, la presidenta del PRO Patricia Bullrich, Elisa Carrió, Cristian Ritondo y Diego Santilli.
D'Alessandro se tomó licencia[15] y dos meses después renunció a su cargo,[16] siendo reemplazado por Eugenio Burzaco.