[2] Fundó en 1151 el monasterio de Armenteira y fue su primer abad durante 26 años, primero como miembro de la orden benedictina y después como cisterciense.De acuerdo a la leyenda, durante su larga estancia en el monasterio el abad se preguntaba a menudo sobre cómo sería el Paraíso y le rogaba encarecidamente a la Virgen María que le dejara verlo.Así pues, un día, paseando por los bosques cercanos al monasterio Ero quedó cautivado por el cantar de un mirlo y se sentó bajo un árbol para contemplarlo.Entró en un profundo trance en el que pasó trescientos años y al regresar al monasterio preguntó por los monjes y nadie pudo contestarle.Entendió lo que había sucedido y murió en ese momento a los pies de los monjes del monasterio.