Al año siguiente se decora el camarín con un retablo presidido por un cuadro de la Virgen María del pintor segorbino José Camarón Boronat.
Durante la Guerra civil el interior fue destruido, y ya no vuelve a tener uso litúrgico, utilizándose el templo como almacén.
[4] La fachada principal está delimitada por pilastras de orden gigante que llegan a una cornisa horizontal, rematadas por pináculos.
Este templo supone un ejemplo claro de barroco clasicista tardío, con un carácter culto y original, con una composición geométrica basada en trazados curvos, de movidos perfiles borrominescos, en contraposición a los valores estéticos académicos del momento.
Según la tradición, desde Cataluña dos peregrinos llegaron a la villa trayendo una imagen de la Virgen María, que los janenses querían que se quedara, pero los peregrinos continuaron camino, y al salir hacia San Mateo, a unos doscientos pasos del pueblo, la burra que traía la imagen se quedó parada, y no pudieron moverla de ninguna forma, y al dejarla libre, el animal devolvió a la villa, y los peregrinos entraron la imagen a la iglesia.