[1] La organización, que ofrece servicios y publicaciones en tres idiomas, la fundó la activista por los derechos LGBT esrilanquesa Rosanna Flamer-Caldera.
Los activistas por los derechos LGBT y la comunidad en general enfocaron esto como un pequeño cambio en la dirección correcta.
[9] A pesar de que no ha sido algo crimilizado ni tabú durante gran parte de la historia del pais, tanto las personas no heterosexuales como las no cisgénero continúan sufriendo estigmas, violencia y discriminación en la sociedad esrilanquesa, y la mayoría de las organizaciones que abogan por los derechos LGBT en Sri Lanka se siguen enfrentando a amenazas y a una firme oposición.
[10] Esto se debe principalmente a que los actos sexuales consentidos entre personas del mismo sexo y la intimidad se consideran antinaturales y, por tanto, un delito penal que puede acarrear hasta diez años de cárcel según la actual constitución.
[11] En las últimas décadas, los esfuerzos por parte de activistas LGTB por despenalizar las leyes de sodomía implantadas por los colonos británicos en el pasado reciente no solo no surtieron efecto, sino que se modificó la ley para incluir a las mujeres y aumentaron las penas [12] Sin embargo, recientemente los esfuerzos han comportado cierto nivel de éxito: en 2017, la Corte Suprema de Sri Lanka dictaminó que las secciones 365 y 365A del Código Penal no eran ejecutables por ley, y en 2016 el estado anunció que a las personas transgénero se les permitiría cambiar su identidad de género legalmente tras la aprobación médica.