Epidemia de cólera de 1885 en Zaragoza

[2]​ Dadas las condiciones higiénicas de las ciudades del siglo XIX donde la mayor parte de la ciudad tomaba el agua directamente del río Ebro, pronto se multiplicaron los casos.Las autoridades trataron inicialmente de evitar publicitar los casos para evitar que cundiera el pánico pero el alcance de la epidemia se hizo pronto evidente.[1]​ Pese a ello, se multiplicaron las disposiciones relativas a la higiene pública y el cólera se convirtió en un tema de debate público.Hacía apenas dos años que Robert Koch había aislado el bacilo del cólera y sus implicaciones médicas no estaban aún claras.[2]​ Destacaron por su labor médicos como Félix Aramendía, que publicó unas Impresiones terapéuticas acerca del cólera.