La enterotoxina resistente al calor es un tipo de toxina producida por las cepas enterotoxigenicas de la bacteria intestinal Escherichia coli, así como por la Yersinia enterocolitica y que es tóxica para animales incluyendo los humanos.
[1][2] A diferencia de la enterotoxina termolábil, esta es una proteína que permanece activa y mantiene su estructura tridimensional a altas temperaturas aún a 100 °C.
La actividad de la toxina eleva los niveles intracelulares de GMPc, lo que conlleva a la activación de la enzima guanilato ciclasa.
Los niveles elevados de GMPc inhiben la reabsorción de cloruro de sodio y agua a nivel del enterocito desde la luz intestinal, causando una diarrea muy líquida y copiosa.
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