Ensayo presiométrico

Para ello se introduce en el sondeo, previamente perforado, el elemento de ensayo.

El primer aparato de este tipo fue patentado por Louis Gabriel Ménard en los años 50, y sigue utilizándose actualmente con algunas variantes.

En algunos aparatos, pensados para el ensayo de rocas o suelos duros, la célula presiométrica lleva incorporados unos sensores palpadores para medir directamente las deformaciones, que son pequeñas.

A los presiómetros para rocas se les suele llamar "dilatómetros", si bien existe una cierta confusión respecto al empleo de ambos vocablos, que en lo demás son equivalentes.

La utilidad de este ensayo radica en gran parte en el hecho de que existen soluciones analíticas sencillas, tanto en rango elástico como en rotura, que permiten interpretar adecuadamente el ensayo, sobre todo en suelos arcillosos (carga sin drenaje).