En 1911 publicó su primera obra, "Los puntos de apoyo", en colaboración con Justo Deza.
En 1920 publicó un nuevo libro de poemas titulado "Las fuerzas eternas" y en 1930, "Las formas desnudas".
[2] Sus poesías se caracterizan por su sentido filosófico y religioso, así como por la concisión de su lenguaje.
[2] Ha sido incluido entre los poetas de la llamada "generación del veinte".
Su obra recibió elogios de intelectuales como Esther de Cáceres, Luisa Luisi, Ida Vitale y Juan Ramón Jiménez.