El erudito alemán Alexander Enmann (1856-1903) dedujo su existencia al comparar en 1884 varias obras históricas romanas tardías, en particular la Historia augusta y las obras de Flavio Eutropio y Aurelio Víctor;[1] la abundancia de similitudes textuales que no podían explicarse por referencia literaria directa a otras obras existentes, por lo que Enmann postuló que existía una obra histórica perdida que era la fuente común de estos autores.
Este trabajo no fue mencionado por ningún historiador romano, pero el análisis de Enmann es hoy en día en gran parte aceptado, aunque algunos eruditos, en especial Willem den Boer,[2] cuestionan aún su existencia.
Y habría sido utilizada por Aurelio Víctor, Flavio Eutropio, Rufo Festo, la Historia Augusta, Jerónimo de Estridón, el anónimo Epitome de Caesaribus y otras historias romanas tardías.
Se cree que el autor pudo utilizar otra obra perdida del historiador Mario Máximo.
A partir de una nota de André Piganiol, Santo Mazzarino propuso reconocer en el Origo Constantini Augusti (pars prior del Anónimo Valesiano) un auténtico fragmento de la EKG, idea reafirmada más recientemente por Giuseppe Zecchini.