Encorchadura

No es posible que las primeras producciones pesqueras dejasen de padecer grandes imperfecciones.

Para conseguirlo se necesitaba con precisión el auxilio de otros cuerpos: unos debían ser graves y otros leves: En un comienzo, no se hallaron objetos más a mano que las pequeñas piedras ya limpias o gastadas por el continuo roce o baño del agua, de las que, por lo regular, abundan en las playas y riberas.

Una vez superada esta primera dificultad con respecto a la inmersión de las redes, y al haber evitado el desorden de un confuso envoltorio al emprender la acción de echar las redes sin plomos, no es posible decir que la perfección del arte del pescador había completado su objeto, porque las redes solo con las plomadas se caerían de forma recta hasta que los plomos tocasen el fondo del agua, pero toda la parte superior de la tela debería caer progresivamente hacia el centro.

Es muy abundante su cosecha en lugares como Levante y especialmente en Cataluña, además, su calidad es muy apreciada, ya que el corcho se utiliza en varias aplicaciones además del que se destina a los artes de pesca.

Estos estarán menos expuestos a que las corrientes les arrollen, cosa que es fácil si su disposición en el modo de pararse no contribuye a evitarlo, y conseguirá pescas abundantes.

Es verdad que para proceder con acierto no hay reglas conocidas en la teórica más que aquellas que se reducen al número y peso determinado de los plomos, al número y calidad conocida los corchos, y estos a una colocación alternativa en las casillas de ambas relingas.

Los pescadores, no obstante, con los datos mencionados y basándose en su práctica adquieren tal tino, que apenas haber acabado de calar una red y con especialidad en el hecho de levantarla, conocen inmediatamente los defectos que padece en los plomos o en la encorchadura o tal vez en ambos.

A un fin semejante se elige el más compacto y ligero, que se divide en varios pedazos, haciéndoles en el centro un agujero capaz para que puedan pasar o enfilarse las relingas, que llaman del corcho y se distribuyen en unas redes, se pone uno en cada casilla de la armadura: en unas, una sí y otra no, y en otras, de tres en tres o de cuatro en cuatro, según la red y el conocimiento del pescador dependiendo de la pesca en que vaya a emplearla.

Encorchadura en una red
Antiguos flotadores de madera
Rudimentaria corteza de abedul usada como flotador
Encorchadura moderna sobre red extendida
Red flotando