Encarnación Lazarte

Es la primera mujer quechua boliviana que comenzó a grabar en 1963, la música tradicional del valle cochabambino, como las coplas de carnaval (takipayanakus), las coplas de Santa Vera Cruz, las coplas de Todos Santos (Wiphaylas o Wiphaylalitas) y otros ritmos, dando lugar al movimiento artístico rural en Bolivia, ya que hasta entonces sólo los artistas urbanos tenían las posibilidades para grabar.

Esa noche ella había cantado las coplas dedicadas a Santa Vera Cruz, como es costumbre, acompañada por el acordeonista Ananías Soto, sin enterarse de que alguien le registraba su voz en una grabadora portátil, con la intención de llevarlo después al disco por su propia cuenta.

Era el humorista quechua, Francisco (Panchito) Sosa, que trabajaba en «Pro Disco», una empresa disquera apenas fundada, llamada más tarde «Lauro y Cia.» El dueño de la disquera, Laureano Rojas, al escuchar la grabación determinó que debían grabar con la misma cholita.

Al ser encontrada doña Encarna Lazarte, inmediatamente el dueño de la disquera le ofreció grabar un disco.

Posteriormente, se sumaron otros discos y canciones, como las dedicadas a la fiesta de la Pascua.