Un mes y medio después de las isitas, el emperador la promovió oficialmente como Emperatriz consorte.
Dos años más tarde, Ulanara dio a luz al 12º hijo de Qianlong, el príncipe Yongqi.
Los problemas iniciales fueron suaves: el emperador incluso celebró el cumpleaños de Ulanara durante el viaje.
Permanece en el misterio por qué Ulanara cayó en desgracia de forma tan repentina y rápida.
Según los pseudo-registros históricos de su tiempo, Ulanara perdió el favor del emperador porque se cortó el cabello.
Según la costumbre Manchú, Ulanara sólo se podía cortar el cabello cuando Qianlong o la Emperatriz Viuda Chongqing fallecieran.
No obstante, tanto el emperador como su madre aún estaban vivos y Ulanara habría cometido una grave falta por cortarse el cabello, ya que se interpretó que maldecía al emperador y a la emperatriz viuda.
Para las consortes y concubinas de su clase, se esperaba que Ulanara tuviera su propio mausoleo o, por lo menos, una lápida.