A su regreso a América Latina, se estableció en Nagua, un municipio pobre en la provincia María Trinidad Sánchez de la República Dominicana, donde fundó numerosas escuelas de evangelización.
Viajó por todo el mundo, llegando a visitar más de 70 países.
El primero de ellos, titulado "Jesús está vivo", ha sido traducido a 22 idiomas.
Posteriormente su cuerpo fue trasladado en el 2007 a la cripta bajo la Capilla “Jesús Resucitado” de la Escuela de Evangelización “Juan Pablo II”, en la capital Santo Domingo.
Su coordinador académico general, Narciso E. González B., M.A., conoció a este hombre de fe, y es por eso que la filosofía organizaciónal de esa institución educativa ha sido inspirada sobre los ideales y valores humanos y cristianos del Padre Tardif.