Fundado en 1982, pronto se convirtió en uno de los principales grupos del activismo independentista bretón.
El manifiesto que Emgann publicó en 1988 también enfatizaba en la importancia de la solidaridad con otros movimientos nacionalistas, citando a la izquierda abertzale del País Vasco como ejemplo.
Los líderes de Emgann siempre han afirmado tajantemente que no son "la voz legal del ARB".
Pese a que Emgann ha rechazado cualquier vínculo formal entre las dos organizaciones, en sus comunicados oficiales calificaba al ARB como "organización de resistencia patriótica" y su periódico Combat Breton publicaba los comunicados del ARB.
Estos prolongados retrasos y otras irregularidades reclamadas en el proceso llevaron a su condena por parte de Emgann como "pantomima".