Emeterio y Celedonio, posiblemente hermanos, servían en esa ciudad riojana a finales del siglo III; pudo ser en la persecución de Diocleciano o en la de Valeriano cuando fueron encarcelados y puestos ante la alternativa de renunciar a su fe o abandonar la profesión militar.
Fueron encarcelados en un lugar llamado hoy Casa Santa, torturados y finalmente decapitados en el arenal del río Cidacos en las afueras de Calahorra, lugar donde más tarde se levantó la actual Catedral de Calahorra; de ahí su extraño emplazamiento extramuros de la ciudad.
Pero dejando la leyenda de lado, lo más probable es que las cabezas llegaran a Santander para ser protegidas de la invasión musulmana, una vez esta llegó a la zona del valle del Ebro.
Ahora las cabezas reposan en la actual catedral construida sobre la antigua abadía de tiempos de Alfonso II (iglesia del Santísimo Cristo) .
Conocidos como los Santos Mártires, Emeterio y Celedonio son patronos de Calahorra (apareciendo en su escudo), Santander, la Diócesis de Santander y otros pueblos de Cantabria como San Pedro del Romeral, una de las tres villas pasiegas; festejándose el día 30 de agosto.