En 1866, Gardner fue la primera mujer estadounidense que expuso en el Salón de París, junto con su compatriota y amiga Mary Cassat.
En 1864, después de enseñar arte en el Lasell Seminary, ella e Imogene Robinson se fueron a Francia.
Más adelante, el otoño de ese mismo año, Gardner decidió solicitar su ingreso en la École des Beaux-Arts.
Poco después de llegar a París con su antigua profesora, Imogene Robinson, Gardner comenzó haciendo copias en el Musée du Luxembourg, y su estudio se convirtió en un lugar al que los estadounidenses solicitaban copias de sus pinturas europeas favoritas.
En 1873, Gardner consiguió finalmente ser admitida a la previamente masculina Académie Julian, donde estudió con Jules Joseph Lefebvre y Bouguereau.
Nunca la escondieron durante los diecisiete años que duró su compromiso, porque no querían enfadar a la madre de Bougereau.
Tenía grandes habilidades sociales, sabía cómo gestionar la publicidad y alimentar las relaciones que la ayudarían a avanzar en su carrera profesional.
Su habilidad para acceder a la sociedad parisina del momento le consiguió buenas ventas y comisiones por retratos.