Al final el oro fue para la ucraniana Inga Babakova, mientras Yelésina se llevó la plata, y la también rusa Svetlana Lápina el bronce.
La sudafricana Hestrie Cloete también había saltado 2,01 m en su segundo intento, pero al haber realizado más intentos en alturas inferiores acabó quedándose con la plata, mientras que el bronce lo compartieron la sueca Kajsa Bergqvist y la rumana Oana Pantelimon, ambas con 1,99 m. La campeona del mundo en Sevilla 1999 Inga Babakova solo pudo ser quinta.
Para Yelésina el oro olímpico supuso la culminación de su carrera, tras varios años quedándose a las puertas.
Además ese mismo año logró saltar en Moscú 2,02 m en indoor, igualando la mejor marca de su vida al aire libre.
En este sentido su trayectoria recuerda un poco a la de la mítica saltadora alemana Ulrike Meyfarth, que también tuvo una carrera con grandes altibajos.