Pasados los años llegó a la ciudad de Santiago acompañando a su madre, Anna Band, que era profesora de piano.Junto a esto se destaca que fue una gran maestra de piano preocupada siempre de facilitar el acceso al instrumento, realizó recopilaciones de obras para niños que fueron difundidas en Chile y el mundo como Mi amigo el piano, Los maestros del clavecín y Selección de clásicos que cuentan con múltiples ediciones.Si bien su afición fue la música no se limitaba este tipo de actividades, sino que demostraba un gran interés por la sicología, la pintura, el teatro, y especialmente por la literatura, estando siempre al tanto de todo lo concerniente con la cultura.Todo esto le formó una personalidad humanista que sus amigos más cercanos pudieron notar.[1] Durante su período como directora de la EMMD fue maestra de reconocidos músicos y pianistas chilenos como Rosita Renard,[4] Ena Bronstein, Lionel Party, Edith Fischer, Patricia Parraguez, Max Valdés, Femando Torm, Julio Laks, Bárbara Perelman, Adriana Balter y Carla Davanzo.