[3] Del interés que despertó en su época da fe la existencia de tres ediciones, dos españolas y una chilena.
Las dos españolas se agotaron rápidamente, de modo que en 1871 se consideraba difícil encontrar a la venta un ejemplar, y eso a precios de 10 o 12 pesetas, muy elevados para la época.
[4] La primera edición se publicó en Madrid, en 1839, impresa por la imprenta de Salvador Albert.
La calidad de las láminas es muy alta, ya que Ezquerra del Bayo había estudiado dibujo durante su destierro por razones políticas en 1823, e incluso había trabajado varios años como pintor en el taller de Vicente López.
[8] Dado que Ezquerra había estado en Inglaterra para estudiar las tecnologías que se utilizaban entonces en este país, pudo incluir en su libro las máquinas de vapor utilizadas en la extracción y la metalurgia al coque.