Antes de fracasar, Uriburu se había adelantado a convocar a elecciones para gobernador de Buenos Aires, confiando en presentar una candidatura única del Partido Nacional frente a los radicales; cuando la fundación de dicho partido no se concretó, no pudo retractarse.
[1] El radicalismo presentó la fórmula Pueyrredon-Guido, mientras que el conservadurismo se alineó detrás de la fórmula Santamarina-Pereda, del "moderado" Partido Demócrata de Buenos Aires.
El también debilitado electoralmente Partido Socialista presentó al fórmula Repetto-Bronzini.
El radicalismo no pudo realizar una campaña muy amplia y la mayoría de sus líderes se encontraban exiliados, por lo que el gobierno consideró que la UCR se encontraba "fuera de la historia".
[3] Los resultados de estas elecciones dieron a entender al régimen que no podrían alejar a la UCR del poder por medio de elecciones democráticas, lo que provocó que se decantaran por hacer uso del fraude electoral (conocido como fraude patriótico) para preservar a los conservadores en el poder.