El presidente Ortiz moriría sin haber terminado su mandato, dejando en el cargo a Ramón Castillo, del Partido Demócrata Nacional (conservador), quién tampoco completó su mandato ya que fue derrocado en 1943, por un nuevo golpe de Estado.
Justo había gobernado como un déspota ilustrado, subordinando la política nacional a los intereses comerciales arraigados y alentando el fraude electoral sistemático en las elecciones legislativas y provinciales de 1934, al tiempo que promovía un gasto récord en obras públicas.
Alvear era respetado por el gobierno en gran medida por su oposición al personalismo yrigoyenista (la Unión Cívica Radical Antipersonalista, una facción disidente de la UCR y miembro de la Concordancia, afirmaba que Yrigoyen había construido un culto a la personalidad en torno a su persona).
Se dieron triunfos opositores similares en Santa Fe, Entre Ríos y la Ciudad de Buenos Aires.
[9] A pesar del progreso, el régimen reaccionó rápidamente al crecimiento de la oposición.
[12] La oficialista Concordancia, establecida para respaldar la candidatura de Agustín Pedro Justo en 1931, llegó a las elecciones con varios problemas por las sucesivas victorias provinciales del radicalismo y la inminente candidatura de Alvear, un potente adversario electoral, a la presidencia.
Si bien este gesto pretendía ser simbólico, lo cierto es que más adelante influiría mucho, puesto que Ortiz padecía de diabetes tipo 2 avanzada, y su plan de gobierno favorable a la democracia caería al asumir Castillo la presidencia tras su muerte.
Esta agrupación, integrada entre otros por el futuro presidente Arturo Frondizi y liderado por Arturo Jauretche, se oponía a Alvear, considerando que su conducción era colaboracionista y no hacía otra cosa que legitimar el régimen fraudulento presentándose a las elecciones.
Los precandidatos a la vicepresidencia fueron Enrique Mosca, Eduardo Laurencena, Honorio Pueyrredon y Adolfo Güemes.
El Partido Socialista enfrentó una fuerte división interna entre unirse a una amplia coalición opositora con el radicalismo como líder o presentar sus propias candidaturas.
El Partido Socialista había concurrido a las anteriores elecciones junto al Partido Demócrata Progresista en la llamada Alianza Civil, que logró el segundo lugar contra Justo ante la abstención del radicalismo con Lisandro de la Torre como candidato presidencial y el socialista Nicolás Repetto como compañero de fórmula.
Sin embargo, el crecimiento socialista se debilitó luego de que la UCR levantara el boicot electoral y volviera a monopolizar el escenario opositor.
[18] En las provincias todavía gobernadas por el radicalismo (Córdoba, Tucumán) o donde el gobierno permitió la participación de fiscales de mesa opositores, (La Rioja, Capital Federal) la elección fue considerada libre y en estos cuatro lugares triunfó ampliamente la fórmula Alvear-Mosca.