Un total de 39 candidaturas, divididas en 20 partidos políticos y 19 candidatos independientes se presentaron a las elecciones.
Tras las protestas de 2009 contra el gobierno y las dos elecciones parlamentarias que habían acabado por conseguir que ningún partido pudiese proponer a ningún presidente con opciones reales de ser investido por la cámara, el país había llevado a cabo un referéndum constitucional para proponer volver a la elección directa del presidente del país por parte de los ciudadanos, en vez de por el voto indirecto de la cámara baja.
Después de que el referéndum fuese un desastre, puesto que no consiguió el mínimo de participación del 33 % del electorado, exigencia mínima el legislación moldava para considerar vinculante el resultado, la corte Constitucional decretó que el presidente interino en ese momento, Mihai Ghimpu, debía disolver la cámara y convocar elecciones.
La Alianza buscaba además como pilar central la integración dentro de la Unión Europea.
La Corte Constitucional moldava decretó el 8 de febrero de 2011 que el gobierno podría mantenerse en su puesto sin necesidad de otro nuevo adelanto electoral aunque no hubiesen conseguido nombrar un presidente, quedando el puesto en funciones hasta las siguientes elecciones presidenciales.