[1] Llegaron en un momento turbulento en la historia del país: la Segunda Guerra Mundial había tenido un impacto devastador; la Unión Soviética estaba ocupando el país, con el Partido Comunista de Hungría creciendo en apoyos; una reforma agraria en marzo de ese año había alterado radicalmente la estructura de propiedad; y la inflación era rampante.
El Partido Independiente de los Pequeños Propietarios ganó ampliamente, pero sus ganancias fueron gradualmente recortadas por los comunistas.
La celebración de elecciones (cosa que no ocurría desde 1939) había sido requerida por el acuerdo de Yalta; además, los revolucionarios cambios sociopolíticos de 1945 se habían llevado a cabo sin una consulta popular y, a la vista de los estrechos lazos que se estaban desarrollando entre Moscú y Budapest (un acuerdo para la estrecha cooperación económica y la reanudación completa de las relaciones diplomáticas), las potencias de Occidente instaron a que se celebraran elecciones libres, rechazando cualquier reconocimiento del gobierno provisional hasta que los soviéticos aceptaran realizarlas.
[2] Las elecciones, por voto secreto y sin censo o fraude, son reconocidas como las primeras relativamente democráticas realizadas en Hungría, y fueron ciertamente lo más cercano a unas elecciones libres celebradas en ese país hasta 1990.
[3] Fueron también una de las dos únicas elecciones relativamente libres que se celebraron en lo que se convertiría en el Bloque Soviético (siendo las otras las elecciones checoslovacas de 1946).