Fueron los vigesimosegundos comicios legislativos en la historia republicana de Mongolia, y las terceras elecciones del país desde la revolución democrática que había puesto fin al régimen comunista de partido único.
Con la rápida desintegración de la alianza gobernante y al aplastante renacimiento del antiguo partido comunista en 2000, se trató de la primera y más reciente ocasión en la que un partido distinto al MAXH ganó unas elecciones legislativas por mayoría absoluta.
Comentaristas políticos asumieron que, incluso si la ley electoral mongola fuera reformada, el sistema continuaría beneficiando al MAXH.
Ochirbat derrotó a Lodongiyn Tudev, candidato del MAXH, por un margen abrumador, obteniendo el 59,89% de los votos contra el 40,11% de Tudev, y constituyendo esta elección la primera derrota del longevo partido comunista desde su fundación.
[3] En el marco de la difícil transición de una economía planificada fuertemente arraigada que había dominado al país desde hacía casi un siglo a una economía de mercado, Mongolia había comenzado a recibir cada vez más apoyo económico de los Estados Unidos y otros países occidentales, reduciendo considerablemente la influencia que Rusia (y previamente la Unión Soviética) habían ejercido hasta entonces sobre la nación asiática, pero manteniendo un enfoque que la oposición consideró «subordinado».
[2] La jornada electoral fue tranquila, con escasos sobresaltos o denuncias de irregularidades.