En segundo lugar quedó el hasta entonces gobernante Partido Progresista, que obtuvo el 24.75% de los sufragios y cuatro escaños.
El Partido Democrático se quedó en un tercer lugar sumamente ajustado con el 20.54% de los votos y 2 escaños.
Según la nueva Constitución, los lugareños compartirían el poder ejecutivo con las autoridades coloniales y habría un Ministro Principal entre los legisladores electos.
Sus dos diputados habían abandonado el partido, uno uniéndose al Frente Laborista y el otro convirtiéndose en independiente.
Aunque el Frente Laborista era el partido más grande de la cámara, no tenía los 13 escaños para obtener una mayoría en la Asamblea Legislativa.