Fueron unos comicios de carácter histórico, ya que fueron las primeras elecciones democráticas que se celebraban en Letonia desde su invasión y posterior absorción por la Unión Soviética en 1940 y, por lo tanto, las primeras elecciones libres en casi seis décadas.
El único partido opositor al Frente fue el Partido Comunista de Letonia, hasta entonces gobernante como partido único, que obtuvo un magro resultado con el 21.51% de los sufragios y 55 escaños.
A diferencia de sus pares en Lituania y Estonia, el Partido Comunista de Letonia no se separó del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).
Sin embargo, Letonia no declaró su independencia total de la Unión Soviética sino hasta 1991, cuando el estado soviético se disolvió.
En 1993, el Soviet Supremo se disolvió y se convocó a elecciones para un nuevo parlamento, denominado Seimas.