Sin embargo, y a espaldas de su familia, también sirve como abortista clandestina.
Ella no recibe ningún dinero o compensación por esto, creyendo que su ayuda pasa a ser un simple gesto de bondad.
Sin embargo, su compañera de trabajo Lily, que también comercia en el mercado negro con productos escasos en la posguerra, cobra dos guineas (dos libras y dos chelines) por organizar las operaciones, sin que Vera lo sepa.
Tras ser violada por uno de sus pretendientes, Susan se queda embarazada y le solicita a un amigo que la ponga en contacto con un médico, a través del cual planea practicarse un aborto aduciendo motivos terapéuticos: que tiene antecedentes familiares de enfermedad mental y que hay riesgo de que se suicide si no se le permite.
La película posee un 92% de aprobación en el sitio Rotten Tomatoes, basada en 155 comentarios.