John, jóvenes decadentes y hastiados de todo, que sienten un interés desquiciado por robar tumbas.
Tras retirar los últimos restos de suciedad, los dos hombres desentierran un extraño y elaborado ataúd.
Varios lugares del esqueleto aparecen desgarrados y rotos, como si un animal salvaje lo hubiese atacado.
Mientras tanto, vuelven a oír el sonido continuo de un sabueso aullando en la distancia.
Incluso cuando regresan a su casa escuchan extraños sonidos, incluyendo el aullido lejano de un perro.
Súbitamente, éste empieza a aullar de la misma manera que el sabueso acosador.
El narrador huye del cementerio y luego se revela que la historia es una nota de suicidio.