El placer del texto es una obra de crítica literaria escrita en 1973 por Roland Barthes.
Sería una reivindicación o una introducción a una estética del placer del lector (o consumidor) que adelanta las ideas más importantes de El susurro del lenguaje: la escritura como disolución de toda voz, el lector entendido como espacio para el sentido o la crítica definida como una escritura segunda que continúa la obra «en» (y no «sobre») la que habla.
Por eso el placer-gozo textual se hallaría en la fisura, en el límite; entre la cultura y su destrucción.
La significancia (concepto de Julia Kristeva) sería el sentido producido sensualmente.
Son, por tanto, asociales, aculturales y rompen los esquemas de valores del sujeto.